El número de guardias de seguridad armados en hospitales y otras instalaciones de salud ha aumentado significativamente en la última década. ¿El motivo? Desafortunadamente, los hospitales se han convertido en lugares más peligrosos, lo que requiere la necesidad de más oficiales de seguridad hospitalaria. Los hospitales enfrentan un alto riesgo de violencia en el lugar de trabajo. La mayoría de los incidentes no son reportados por los médicos y enfermeras que los sufren.
Muchos hospitales eligen no contratar guardias armados debido al riesgo percibido de armas de fuego en las instalaciones. Sin embargo, con la capacitación adecuada, los oficiales de seguridad armados, como los policías fuera de servicio, pueden hacer de un hospital un lugar más seguro para todos.
Estadísticas de seguridad médica
- En los dos años, de 2012 a 2014, la delincuencia violenta en las instituciones de salud creció un 40%
- Se han producido más de 10.000 casos de violencia con el personal del hospital.
- El 52% de los centros médicos arma a los guardias de seguridad con armas
- 47% de los centros médicos cuentan con guardabarros con Tasers
- Un hospital de Indiana redujo la delincuencia en el campus en un 5% en 2017 después de contratar oficiales armados
- Los departamentos de emergencia y las unidades psiquiátricas enfrentan los mayores actos o amenazas de violencia.
Los hospitales están bajo presión para mejorar su seguridad por varias razones. El primero es que la protección y la seguridad del paciente son siempre la prioridad de un centro de salud. En segundo lugar, la mayor parte de la violencia hospitalaria es contra los empleados, que se necesitan desesperadamente para mantener instalaciones y atención eficientes. El tercero es que la violencia sanitaria es extremadamente costosa y debe ser controlada.
Estos factores y más serán explorados en las siguientes secciones.
Los beneficios de los agentes de seguridad armados del hospital
Los trabajadores sanitarios de EE. UU. Se enfrentan a una epidemia de violencia: la violencia en el lugar de trabajo ocurre cuatro veces más a menudo en la asistencia sanitaria que en el sector privado. La mayoría de las veces, esto ocurre en forma de una lesión corporal intencional de un paciente a un profesional de la salud, incluidas las enfermeras y los médicos.
1. Reduce la violencia
Oficiales de seguridad hospitalarios armados y bien entrenados reducirán los factores de riesgo y la violencia. La mejor estrategia para esto es hacerlos una parte integral del equipo de salud del establecimiento médico.
Al crear una relación sólida a través de relaciones personales con enfermeras, pacientes, médicos y familias, el personal de seguridad puede evaluar de manera proactiva situaciones potencialmente riesgosas o volátiles. El objetivo es hablar con las personas sobre inquietudes o problemas de manera que se evite la violencia.
La presencia de un guardia de seguridad del hospital puede ayudar a calmar la mente y crear una sensación de seguridad para los visitantes y el personal.
2. Resolver efectivamente incidentes violentos
Ocurrieron hechos violentos en situaciones en las que hubo protocolos inadecuados: falta de políticas o capacitación de la organización, planes de respuesta de emergencia inadecuados, etc.
Los hospitales han estado mejorando en estas áreas, y la mayoría ahora emplea varias estrategias para minimizar las oportunidades para este tipo de violencia:
- Implementación de acceso de credencial
- Instalar botones de pánico
- Limitar el acceso de invitados y el horario de apertura
- El uso de cámaras de vigilancia.
- Usando detectores de metales
- Entrenamiento en remoción de escalada y preparación para emergencias
Y aunque estas estrategias han demostrado ser útiles para mantener a los empleados y pacientes más seguros, no evitan completamente el riesgo de violencia. No solo no pueden prevenir la violencia en el lugar de trabajo, sino que no equipan efectivamente a la institución para enfrentar los peores escenarios.
3. Reducir los costos asociados con la violencia en el lugar de trabajo.
La violencia en el lugar de trabajo es costosa. Los resultados de una encuesta nacional mostraron que, en 2017, los hospitales gastaron $ 1.1 mil millones en capacitación y seguridad para prevenir la violencia. Además, se gastaron otros $ 429 millones en atención médica, compensación y otros costos asociados con la resolución de incidentes de violencia contra el personal del hospital.
Además, la violencia en la salud resulta en baja moral y alta rotación. Estos costos son más difíciles de medir, pero increíblemente importantes para obtener buenos resultados y ganancias. La prevención de la violencia que alimenta estos resultados negativos proporcionará mejores operaciones en general.
La ex policía como agentes de seguridad armados del hospital
La policía anterior y fuera de servicio empleada como guardias armados agrega una capa de seguridad a su hospital. La experiencia y capacitación de los profesionales de la aplicación de la ley en el equipo de seguridad de su hospital:
- Ayuda a prevenir la violencia contra empleados y visitantes
- Reduce las escaladas para las interacciones cargadas
- Crear un entorno más seguro para los pacientes.
- Protéjase de los costos asociados con incidentes desafortunados.
Aproveche al máximo a los guardias armados en los hospitales.
Al investigar el uso de la policía armada en un entorno de atención médica, verá mucho sobre los riesgos. Y es verdad. Los guardias inadecuadamente entrenados manejaron mal algunas situaciones, y ocasionalmente un paciente tomó la pistola de un policía para obtener resultados trágicos.
Sin embargo, es importante comprender que estas instancias no son las predeterminadas. Y siempre habrá riesgos en los servicios de salud, especialmente aquellos relacionados con enfermedades psiquiátricas. El factor más común en la violencia hospitalaria contra los trabajadores de la salud es el estado mental alterado.
La intención criminal generalmente no es la causa de la violencia en la atención médica. Los pacientes con demencia, intoxicación o problemas de salud mental, por ejemplo, son mucho más propensos a comenzar la violencia con un profesional de la salud. Este tipo de violencia en el lugar de trabajo requiere un tratamiento muy cuidadoso.
En general, la seguridad del hospital es crítica y, a veces, los guardias desarmados no son suficientes para mantener el nivel de seguridad requerido en sus instalaciones.
Una evaluación de riesgos exhaustiva, capacitación intensiva, personal adecuado y expectativas que se comuniquen claramente al personal médico y de seguridad son cruciales para una seguridad efectiva.
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